En voces de Sabiduría, hoy presentamos, la Voz y por tanto, un retazo de la vida de Luísa Alvarez, espero que muchos y muchas, podáis sentir identificados/as, con este testimonio, del
"pasar haciendo camino"..., que es la Vida.
Mi nombre es Luisa Alvarez, nací hace 74 años en una pequeña aldea de la Alpujarra granadina.
Jubar, es donde nací y donde la huella de los moriscos dejaron sus costumbres.
En plena posguerra ya os podéis imaginar cómo fue mi niñez que aunque con muchas faltas tanto materiales como alimenticias y de todo tipo, fui feliz, junto a mis hermanos y mis padres.
A la escuela era muy difícil tener una continuidad pues los pequeños íbamos todos y todas a ayudar al campo y cuidar los animales, vacas, mulos y cabras.
Siega en el campo
También nos formaban en las tareas del hogar, cocinar, hacer quesos, limpiar, atender a las gallinas y cerdo si había etc, etc.
Claro está que había gente de bien que sí podía estudiar y tenían poder económico (en algún pueblo colindante).
Cuando ya fui adolescente nos íbamos a coger la uva, almendra, higos,… por otros campos y así sacábamos algún dinero.
Conocí a mi futuro marido y nos casamos en Jubar, vestida de negro y con un velo blanco (parece ser que era la moda).
Y entonces decidimos marchar a Barcelona para buscarnos la vida y tener un futuro mejor. Primero en una habitación realquilados, con su hermana,… hasta que compramos un piso de protección oficial. Yo limpiaba casas y mi marido arreglaba ascensores.
Tuvimos dos hijas, Rosa y Mª Luisa y una vida completa de trabajo y no parar, siempre sacrificándonos para ahorrar y tener una vida mejor.
Calle Aragón, (Barcelona), años 60
Mi marido murió cuando yo era muy joven. Fue muy duro sacar adelante a mis hijas sola, con la mísera paga que me dejaron de viudedad. Pero fui fuerte y salimos adelante.
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Sigo viuda después de tantos años y abrazo la vida con fuerza e intento vivir lo mejor que puedo dentro de mis posibilidades. Claro que la salud es lo más importante y ahora mismo estoy esperando para operarme de la rodilla.
Ya llevo unas cuantas operaciones: columna, cadera, vesícula,… tanto trabajar al final pasa factura.
Vivo en Hospitalet (Barcelona) y aunque el barrio ha cambiado muchísimo, salgo con mis amigas y estamos apuntadas a diferentes actividades, gimnasia, yoga, tai chi, memoria, y ahora danza del vientre. Son actividades que proporciona el ayuntamiento a los diferentes casales del barrio. Aunque pagamos una cuota, vale la pena porque es una manera de salir, hacer deporte, relaciones…..
Luísa, haciendo estiramientos:
Luisa con sus compañera de Yoga:
También hacemos excursiones, algún que otro viaje, comidas con los amigos, etc.
Mis hijas me dicen: ¡disfruta mama y diviértete!!!
Y eso es lo que intento hacer.
Vivir sola es muy duro y sé que mis hijas no pueden estar siempre conmigo, ellas tienen sus obligaciones y demás. Por otro lado yo tampoco quiero molestar, mientras esté fuerte seguiré con mi vida. Y cuando no me vea capaz entonces ellas me estarán esperando en sus casas para cuidarme.
Luísa
Gracias Luísa!!!, por tu Testimonio
